El arquitecto explicó, durante el Seminario de investigación e innovación, los problemas que ocasiona la construcción de vivienda no planificada.
Por Analucía Guzmán Boza. 13 enero, 2016.
“La autoconstrucción de viviendas se puede dar de dos formas: la planificada por profesionales en arquitectura e ingeniería civil y la inmediata sin asesoría técnica”, explica Carlos Pastor, docente del programa académico de Arquitectura, quien presentó su investigación en el marco de las conferencias “Research and Innovation Seminars”, actividad que realiza la Facultad de Ingeniería de la UDEP.
Según el arquitecto Pastor, la autoconstrucción es la forma de edificación que se realiza mediante la inversión directa de trabajo de los propios usuarios de la vivienda. “A largo plazo, la autoconstrucción inmediata genera más gastos. Si la autoconstrucción no sigue la planificación natural de los arquitectos, el uso constante de las viviendas ocasionará problemas”, comenta.
Las consecuencias de la autoconstrucción no planificada determinan si se puede o no habitar la vivienda. “Los problemas directos que se generan son la falta de iluminación, la mala ventilación, los espacios muy pequeños, el uso de materiales incorrectos. Además, existen riesgos en el sistema constructivo como colocar vigas o columnas donde no deben ir”, señala.
Para el arquitecto Pastor, “debe haber un trabajo conjunto entre las constructoras y los futuros compradores para hacer una planificación de vivienda adecuada. Se establecen perfiles y en base a ellos se hacen propuestas para cada edificación. Las viviendas tipo que entregan las constructoras se pueden adecuar, con asesoría profesional, según las necesidades del propietario”.